En aquellos lejanos días...
Había una música de la que todos estaban asustados por su misterioso poder,
y de la que nunca se ha hablado.
Quienes escucharon la música
perdieron la razón debido a su belleza extrema,
y aquellos que la tocaban
fueron siniestramente controlados por ella.
Nadie estaba a salvo, por eso,
el Papa de aquella época fue quien pensó seriamente en
prohibir completamente la música, ordenó quemar las partituras,
y castigó a toda la gente que estaba relacionada con ella, incluyendo a los compositores.
Esta noche, la historia será contada después de varios cientos de años
cuando ya está completamente olvidada.
La historia de los destinos misteriosos
empieza ahora.
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